La leyenda dice que esta malévola “persona” puede
tomar cualquier apariencia, desde una mujer bella hasta un animal. Si por
alguna circunstancia alguno de ustedes se encuentra en la selva y tropieza con
una bella y joven mujer que dice estar perdida, no se confíe porque es la madre
monte con deseos de devorarlo. Otras veces se presenta como una hermosa pava
que se posa en las ramas de los árboles. El cazador que la ve, le apunta con la
escopeta, pero cuando se dispone a apretar el gatillo, el ave vuela a otro
árbol y el desdichado cazador continua siguiéndola en procura de poder dispararte.
Así lo va conduciendo hasta el fondo de su guarida, donde finalmente lo devora.
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